13 dic 2015

2 dic 2015

Scattergories

Parece que, desde que empecé mi hibernación blogueril, lo único que me hace volver al ruedo son, valga la redundancia, otras blogueras. En esta ocasión es Ana, de Aubrey and Me, la que ha pronunciado la palabra mágica: Scattergories.


Y es que ella dice que es una loca de los juegos de mesa y que éste es uno de sus favoritos. Pues hoy voy a salir del armario (o del trastero) para contaros que yo sí que soy una loca de verdad, pero del Scattergories.
Me gustan mucho los juegos de mesa y en casa tenemos una buena colección, pero éste es mi preferido del mundo mundial.

Cuando consigo convencer a mis amigos de que juguemos, me lo paso como una enana y ya acabado el juego, las palabras y las preguntas suelen seguir dando vueltas por mi cabeza un par de días.
De hecho, cuando tenía un trabajo de esos con ratos muertos, a veces me cogía una hoja de papel y me ponía a jugar conmigo misma. Libros con la F. Alimentos de desayuno con la S. Títulos de películas con la B.
Sí, lo sé, es para ir a Jugadores de Scattergories Anónimos.

Pero no creáis que ahí acaba mi locura. Hace unos meses leí un libro en mi requeteamortizado Kindle que se llama Once vidas. El libro me gustó bastante, la verdad. Y una cosa que me fascinó es que el protagonista, que era muy aficionado al Scrabble, participaba en unos torneos que se organizaban entre gente de su ciudad. 
¿Torneos de Scattergories? No podía dejar de pensar en ello. Si en algún lugar organizasen torneos de Scattergories, estaría apuntada la primera, vamos. Así que pensé que en esta era de internet en la que vivimos en la que hay de todo en todos lados, tenía que haber otros locos como yo que se hubiesen organizado debidamente. Rastreé la red, las webs, los grupos de Facebook y demás buscando a mis semejantes, sin éxito. Una de dos, o estaba sola en mi locura, o los demás locos como yo no se habían organizado y dado a conocer.

Resultado: he seguido cultivando mi locura en solitario. Hasta que he visto que no soy la única.

Y una vez hecha la confesión, me despido de vosotros hasta el próximo post que quién sabe cuándo llegará. Eso sí, no me voy sin haceros una pregunta...



¿Medios de transporte con la O? 

Yo digo OVNI :-)


26 jul 2015

Bo Twist es amor

Desde que volví a vivir a Coruña he de decir que estoy yo muy patriótica. O muy regional, según se mire. Me he pasado el invierno zampando platos de caldo gallego como si no hubiese un mañana, compro empanada un día sí y otro también, ¡hasta he hecho pesto de grelos! (Cocina fusión, creo que se llama.)
También estoy lanzada con las compras. Esto de tener un sueldo, una buena excusa (parte de mi ropa sigue en Roma) y un montón de tiendas a mano con precios asequibles, ha hecho de mí una shopaholic. Bueno, quizás no tanto, que mi parte madura y racional suele llevar la voz cantante en estos casos.

El caso es que un día ví en instagram una foto de La Emperatriz de Lavapiés que llamó poderosamente mi atención, le pregunté inmediatamente de dónde había salido esa joya y así descubrí boTwist.



boTwist es el sueño de dos amigas coruñesas, dice su web. Yo digo que es la idea del siglo, porque estoy enamorada de todas y cada una de sus camisas (e imaginándome las que vendrán).

Poco después volví una tarde a casa hecha polvo, después de un día horrible en el trabajo y con ganas de volverme a mi casa romana y meter la cabeza debajo de una almohada. Obviamente, no podía teletransportarme a Italia. Pero tenía un ordenador, una Visa y unas penas que curar. Oye, mano de santo. Fue echar un vistazo a la tienda online y querer comprarlo todo: la camisa con estampado de nécoras, la de galleguiñas y un culotte de bebé, por si un día tengo una hija. Nunca se sabe.

Como ya os dije que mi parte racional es la que manda, me compré sólo una camisa, la camisa con estampado de pimientos de Padrón, que me rechifla. Ayer me llegó por correo, en un paquetito que él sólo ya merece la compra. Y al abrirlo, casi lloro de la emoción.


¿Es o no es amor?

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